Es difícil conformar a todos

Por mí, "a Charly's angel".

Siempre que uno quiere hablar de la discografía de Charly, se torna bastante complicado, teniendo en cuenta que lleva muchos años de carrera, y como consecuencia de esto, lógicamente ha atravesado por varias generaciones que lo han escuchado o lo siguen escuchando todavía.
Yo soy de la generación de los más nuevitos, la de los "pendejitos", que llevan la histeria y la efervescencia a sus shows. Este grupo se encuentra principalmente cerca del escenario, conformando el pogo y el grupo de las banderas, y bengalas, cuando aún se tiraban. Son los que llegan más temprano y se van más tarde. El hecho de llegar más temprano no es sólo para agarrar el mejor lugar, sino también porque a veces forma parte del ritual de ir a fumar y/o tomar al lado del escenario. Además, estar más tiempo allí, cerca del escenario, tratando de imaginar cómo será todo, aumenta aún más la histeria colectiva. Personalmente, prefiero llegar antes y bancarme los nervios, antes que llegar sobre la hora y tener que engancharme de prepo en ese clima tan particular.
En el medio podemos encontrar a aquellos que lo siguen a charly, pero que aún añoran sus primeras épocas. Les gustan serú, y su primer parte solista, que según los gustos de cada uno, puede variar entre la época de Pubis..., hasta, como máximo, parte de la religión. Que les guste Tango 4, por ejemplo, ya sería todo un logro. Este grupo de personas concurren a sus shows con la esperanza de que toque varios temas de esta época. A menudo tienen suerte, Charly suele volver todo el tiempo sobre sí mismo, pero siempre se termina modificando. Las versiones actuales de sus temas viejos siempre son distintas a las originales, y creo que esto es así porque simplemente no podría ser de otro modo. No porque Charly se esfuerze en modificarlas, sino porque tiene una tendencia tan natural a volcar su estado de ánimo en la música, que tal vez tenga razón el autor de la nota del post anterior, cuando habla de sus shows como "informes meteorológicos de su ánimo".
No podría precisar la edad de las personas que conforman este grupo, pero sí tengo la certeza de que cuando se trata de hacerle el aguante a charly (siempre que se le antoja hacer esperar a su público), las reacciones se dividen en dos: aquellos que se enojan, y se resignan a escuchar sus cd's, y se prometen nunca más volver a un show de charly (sólo algunos vuelven). Y aquellos que se quejan, pero siguen allí firmes, porque están plenamente conscientes de que por más que esa actitud por parte del artista no les guste, no es la primera vez que la aceptan, ni será la última. Supongo que esto último que acabo de mencionar me hace pensar en ellos como el grupo más fiel de todos los seguidores de Charly García. Porque es el que realmente comprobó que lo banca siempre, y sigue allí a pesar de años de ver repetirse la misma situación. Esto no pasa con los primeros descriptos. Es más, en ese grupo primeramente mencionado, ni siquiera se puede hablar de fanatismo verdadero a Charly, si tenemos en cuenta que siempre aparece algún colgado que sólo sabe tararear el último disco, y algún otro hit. Pero justamente, la diferencia entre éstos y todos los demás, sean de la generación que sean, es que probablemente no son fanáticos de Charly, ni mucho menos de su música: son fanáticos del clima que se genera allí adentro, adelante de todo: les gusta hacer pogo, gritar, tararear temas, y festejar los comentarios de charly que hacen referencia a cualquier clase e excesos.
El último grupo es el más reducido, y creo que ya se trata de un grupo en peligro de extinción (por lo menos en los recitales): se trata de los primeros de todos, los que crecieron descubriendo la música de Charly. Los únicos que pueden hablar de los discos y situarse en la época con una precisión exacta, justamente porque lo vivieron en tiempo real. No aprendieron con sus compilados ni grabaciones viejas. Ellos son los que adoran sobretodo la parte anterior a la de solista. Les gusta Sui generis, porsuigieco, la máquina de hacer pájaros y serú (que algunos no terminan de aceptar). Probablemente les gusten temas sueltos de su carrera solista, y es posible que tambien sea la nostalgia lo que los lleva a presenciar los shows. De todos modos, no esperan los retrasos del artista, y cada vez son menos los que vuelven a aparecer. A menudo son padres que acompañan a sus hijos (que recien descubren a Charly). Esto me parece un gesto muy lindo (dejemos de lado que además les da tranquilidad saber lo que hacen sus hijos), y muy poco común. No hay tantas ocasiones de ver generaciones de padres e hijos compartiendo con el mismo placer el espectáculo de un artista de su preferencia.
Ya descriptas las clases de público, me queda decir que debido a esta gran variedad es muy difícil que no haya críticas destructivas hacia nuestro ídolo. A todos nos gusta por igual, y todos esperamos algo distinto de él. Y nuestras críticas, sumadas a las de los que están en su contra, forman un combo de insatisfacción que es mejor dejarlo donde está. Convivir con esa densa nube de negativismo y seguir eligiendo con criterio propio me parece lo mejor. Además, si hay algo que realmente me gusta de Charly, es que siempre me obliga a elegir, porque jamás me acostumbro a lo que hace. Es camaleónico, está en permanente cambio y por eso elijo seguirlo, porque esa actitud me despierta curiosidad. Por suerte, cada vez que lo veo vuelvo a elegirlo. Tal vez un día me canse y lo deje de lado. Sólo el tiempo lo dirá. Pero lo más probable es que antes de que yo lo abandone a Charly, él me abandone a mí: cuando deje de hacer música.