6.7.06

España contra Charly

Les traigo ahora un post que es viejo pero vale la pena recordar. Lo saque de la página de Hernán Casciari, un periodista que escribe muy bien para mi gusto. Pueden visitar su pagina haciendo click en el link que dice "un periodista argentino en Barcelona"

Lunes 19 de Julio, 2004
Los sordos se burlan del ruido
Después de 18 años, Charly García volvió a la península, tocó canciones, rompió cosas, hizo chistes y la prensa le dio con un caño. Según La Razón, los argentinos "le aplauden unas gracias más que discutibles", cuando hace chistes "supuestamente irónicos, de carga xenófoba o machista". Y después estos mismos críticos se preguntan por qué España sólo puede parir a David Bisbal.
Charly tocó el jueves (desastrosamente, está claro) en Cartagena, y abrió el recital con esta frase: "Para los que no me conocen, les digo que soy lo mas grande que hay en el mundo". Obviamente, el público estaba compuesto por tres generaciones de argentinos y de otras especies de América. De España, solamente el periodismo, porque acá Charly García no existe.
"A estas alturas de los acontecimientos", confesó días antes a un matutino español, "no me interesa abrir nuevos mercados. Acepto no ser famoso en este país. Nunca quise venir, ni poner toques flamencos a mis canciones". Pero también dejó claro un punto: "Acá estaba Franco y los españoles agarraron el rock tarde, en la new age. Se perdieron un buen cacho. Yo inventé una parte del asunto".
¡Tomá! En cualquier lugar del mundo en que se hable alguna variante del castellano (desde Miami hasta Usuahia), la memoria musical es respetuosa con sus pioneros. Con los que son capaces de meterse a donde no los llaman y practicar un arte corrosivo y genial. ¿Dije cualquier lugar del mundo? Error. Quise decir de América.
Antes de viajar a España, a Charly le salió (parece que está de moda) una desconocida diciendo que tiene un hijo suyo. Consultado en el aeropuerto acerca de esta joven, dijo: "¿Esa pendeja? Que se haga hervir". Y antenoche cerró su recital en España con una alusión críptica al tema: antes de los bises, le regaló al auditorio estos versos: "La pampa tiene el ombu, el ombu tiene las hojas, las madres tienen las hijas para que vos te las cojas." (Ésa es la carga xenófoba y machista del concierto, según la crítica pedorra.)
En España Charly es un fenómeno del pintoresquismo argentino, como tener cinco presidentes en una semana o chupar agua caliente de una bombilla. No son capaces de adjudicar este desconocimiento cultural a la pésima música que desarrollan, a la mediocridad de su juventud actual, y a la mierda en lata de sus canciones del verano.
Que me perdone el Rey Juan Carlos, pero hoy estoy belicoso. Me da por las pelotas la socarronería ibérica justo ahí donde no corresponde. Que se rían de nuestro sistema democrático, que hagan chistes sobre la facilidad que tenemos para desaprovechar las riquezas naturales, que miren con desconcierto y sorna nuestra incapacidad de ser ordenados, lo que quieran. Tienen razón. ¡Pero que en el país de Enrique Iglesias la prensa se burle de Charly García es un despropósito mayúsculo!
Debería darles vergüenza la música que hacen. Salvando a Ojos De Brujo y a otros escasos frutos excelentes nacidos del mestizaje cultural, las juventudes españolas escuchan una música aberrante, padecieron una transición musical tristísima y ahora recogen la cosecha mísera de no haber sabido sembrar.
Bulería, bulería... tan dentró del alma miaaaaa.
"Argentina, factoría de mitos con final trágico, ha concedido a un músico la categoría de prócer en vida: se llama Charly García y en España nadie le conoce", comienza un artículo de La Razón de ayer domingo.
Es conocida la ecuación que dice "hay que desconfiar de quien se enorgullece de no haberse emborrachado nunca". Yo quiero darle una vuelta de tuerca a esa idea: hay que compadecerse, y mucho, de cualquier sociedad hispanoparlante que no haya escuchado los discos de Charly cuando había que escucharlos.

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